miércoles, 1 de mayo de 2013

Croniñon


Estamos en la prehistoria. Hace mucho que el frío no cesa. Nada brota bajo la nieve. El único medio de supervivencia de los Cro-Magnon es la caza. A menudo hay que cambiar de territorio para encontrarla...

CRONIÑÓN

Esta mañana, Croniñón quisiera ir de caza con los demás. También tiene mucha hambre. No debe acompañarlos. Es demasiado pequeño para cazar.
Su madre lo retiene en la cueva. Podría comérselo un león, como a su padre. A veces, el cazador es el cazado.
Mientras esperan el regreso de los cazadores, las madres quiebran huesos para chupar la médula. A Croniñón no le gusta la médula. En vez de chupar, sopla a través del hueso. Se da cuenta entonces de que ha dejado una marca en la roca. Croniñón repite el proceso con cuidado. Deja su huella en cada roca que le parece una pieza de caza. Croniñón es un cazador formidable. Ha abatido ya tres jabalíes, cinco bisontes y dos osos. Ahora Croniñón quiere cazar aquella pieza tan grande de allí. Pero, ¡se mueve! Es de verdad. Va directa hacia Croniñón, como una montaña... Es un mamut. Croniñón no había visto nunca ninguno. Tiene mucho miedo. Pero el mamut se interesa por el árbol de al lado. Lo arranca con la misma facilidad que si fuera un rábano. Croniñón se ha escondido bajo una roca. Escucha como el mamut tritura el corazón del árbol. El mamut se ha dado un festín con toda calma. Cuando Croniñón sale por fin de su escondite es ya de noche. Sus huellas en las rocas lo ayudan a encontrar el camino hacia la cueva. Su madre estaba muy preocupada.
"¡Allí, gran caza!", dice Croniñón, "¡Mucha comida!", baila imitando a un mamut.
Los Cro-Magnon creen que simula ser un pájaro. Luego Croniñon dibuja sobre la roca con un carboncillo. Los cazadores han regresado con las manos vacías. Miran atentamente el dibujo de Croniñon. "¡Gran caza!", "¡Caza enorme!" Insiste Croniñón. Algunos cazadores han oído hablar de esa bestia decomunal. Todos quieren saber donde está. Croniñón sigue las marcas que ha plasmado en la roca y los cazadores siguen a Croniñón. Cuando llegan a la última huella los cazadores descubre el mamut y corren a su encuentro. "¡Esperadme!  ¡Esperadme!" grita Croniñón, pero los cazadores no esperan y corren a matar a su presa. El mamut está muerto, ahora Croniñon consigue alcanzarlo también. Es tan enorme que todos los cazadores tendrán su parte que llevar a la cueva. Las madres estarán contentas.
La caza no proporciona solo comida, también aporta huesos y piel. Todo sirve, no hay que dejar nada.
Los Cro-Magnon han recobrado las fuerzas. Con los huesos del mamut, los cazadores han fabricado utensilios. Con la piel, las madres han confeccionado ropa de abrigo. Y, con la cola, Croniñón ha hecho un pincel, con el que ha pintado en su cueva el enorme mamut.

Mamá está orgullosa de su gran cazador.